Esta receta la encontré en algún libro de cocina asiática, recuerdo que la original llevaba limón, pimienta, tomillo.....yo como no podía ser de otra manera hice algunos cambios, es lo mio.
Suelo hacerlas los viernes por la noche o cuando hay futbol porque son muy cómodas de comer a la vez que cantamos gol y si las acompañamos de una cervecita bien fresca la noche futbolera es completa. A mediodia las preparo, las guardo en la nevera y cuando llega la hora lo único que tengo que hacer es encender el horno y disponerlas en la bandeja de horno. Igualito que levantar el teléfono y pedir una pizza pero más barato.
Yo las hago picantes porque en casa gusta la comida picante pero ya sabeis...si teneis nenes mejor que prescindais de la guindilla molida, los peques lo van a pasar bomba comiendo con las manos.
Ingredientes:
1 kg de alitas de pollo cortadas a la mitad por la articulación y desechando las puntas.
4 ajos
3 cucharadas de salsa de soja
1 cucharadita de ají molido
1 cucharadita de orégano
100 ml de aceite de oliva virgen
1/2 cucharadita de guindilla molida
Limpiaremos bien las alitas y las pondremos en un recipiente que podamos tapar y llevar a la nevera una vez que añadamos la marinada.
Machacamos los ajos en un mortero con una pizca de sal con el único propósito de que los ajos no salgan disparados del mortero, como veréis entre los ingredientes no figura porque con la salsa de soja conseguimos el punto de sal necesario. Una vez machacados añadimos el orégano, el ají, la guindilla molida, la salsa de soja y el aceite. Mezclamos y cuando la tengamos bien emulsionada vertemos esta mezcla en el recipiente donde tenemos las alitas reservadas. Moveremos las alitas junto con las especies para que queden bien impregnadas, tapamos el recipiente y llevamos a la nevera un mínimo de dos horas.
Precalentamos el horno a 220º.
Colocamos las alitas en una bandeja de horno y bajamos la temperatura a 200º.
45 minutos después las alitas estarán listas. Vigilad que no se sequen, en este caso añadiremos un poco de agua moviendo la bandeja con movimientos de vaivén.
Cuando las saquéis colocadlas en una bandeja y la salsa que tengáis en la bandeja la ponéis en una salsera. (En mi casa hay peleas si sale poca salsa).
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